Un día, mientras Fourier, el cuarto príncipe de Lugnica, se encontraba huyendo de su profesor en el castillo cuando se topó con Crusch en el jardín, sintiendo una extraña sensación en su pecho, la cual aún desconocía (amor), pensó que se había puesto enfermo. Durante los próximos días comenzó a visitar el lugar para comprobar si ella seguía ahí hasta que un día se cayó accidentalmente del segundo piso a un arbusto siendo descubierto por ella.
Crusch, pensando que se trataba de algún tipo de intruso, lo amenazó con una
espada que colgaba de su cadera, pero al ver que se trataba del mismísimo príncipe
se arrodilló para disculparse. Como disculpa, él pidió que ella le hablara así que ambos comenzaron a conversar un rato hasta llegar al tema del
Rey León, el apodo que recibían los reyes de Lugnica antes del pacto con el
dragón, pero que después este pasó a ser un simple símbolo que heredó la casa
Karsten.
Después de ese día, ambos niños siguieron encontrándose en el jardín. Cinco
años después, Fourier visitó la mansión Karsten para visitar tanto a Crusch
como a Ferris, que ya se encontraba con ellos informando que estaba siendo
obligado a asistir a una reunión para un posible matrimonio arreglado con la
realeza de Gusteko (otro reino).
Los tres decidieron trazar un plan en el que Crusch se haría pasar por su prometida
pero dicho plan fue frustrado por Miklotov (el líder del consejo de sabios) y
Meckart Karsten (el padre de Crusch), los cuales ya pensaron en dicha
posibilidad de antemano, por lo que mandaron obligaciones a Crusch para ese
día, forzando a que sea Ferris el que se
hiciera pasar por la novia.
Una vez preparado el plan y sobornado a un conocido encargado de la reunión
para que les ayudara, dicha reunión comenzó. En esta, Fourier logró anular su
matrimonio después de que Tiriena, la noble encargada del matrimonio, aceptara
a Ferris como su pareja, pero por culpa
de que Ferris se burlara del conocido que les había seguido la mentira, este
reveló su verdadero sexo, lo cual obligo que Ferris enseñara su pecho y
levantara su falda a todos.
Fourier, desesperado, intentó seguir con el plan confesando que no le
importaba el que fuera un chico, lo cual causó muchos rumores sobre que era
homosexual por todo el reino.
Tres años después, en fechas cercanas al cumpleaños de Crusch, Meckart
pidió a Ferris de que convenciera a Crusch de ponerse un vestido para su
cumpleaños (recordemos que no le gustaba vestir como mujer), a lo que Fourier se
apuntó a ayudarle retándola a un duelo en el que si este ganaba ella se pondría
el vestido, el duelo terminó en su derrota pero aún así ella aceptó ponérselo.
Sin embargo, durante su cumpleaños un mensajero llegó a informar de que el
gran conejo había sido avistado en las cercanías, por lo que Meckart y sus
hombres decidieron ir mientras pedía a Ferris que intentara mantener a Crusch
al margen del asunto, por lo que Ferris intentó entretenerla enseñándole como bailaba con su vestido junto al rey.
Aunque eso terminó no sirviendo de mucho, dicha petición fue imposible para Ferris, ya que Crusch consiguió robar la ropa del mayordomo para ir a ayudar a su padre. En ese momento ella fue pillada por Fourier, pero este dejó que se fuera a cambiar si ella le prometía volver rápido. Horas después regresó y accedió a bailar con Fourier después de haberse cambiado nuevamente de ropa.
Aunque eso terminó no sirviendo de mucho, dicha petición fue imposible para Ferris, ya que Crusch consiguió robar la ropa del mayordomo para ir a ayudar a su padre. En ese momento ella fue pillada por Fourier, pero este dejó que se fuera a cambiar si ella le prometía volver rápido. Horas después regresó y accedió a bailar con Fourier después de haberse cambiado nuevamente de ropa.
Dos años después, Ferris se unió a la guardia real para ganar prestigio y
rápidamente se hizo amigo de Reinhardt y Julius, un día, fue llamada por
Fourier junto a los otros dos para informarles de que se sospechaba de que
Biehn Argyle (el padre de Ferris) aparentemente traficaba esclavos junto a un
comerciante de esclavos (Ferris ya no tenía conexión con él ya que de niño fue
rescatado por Crusch de su familia la cual lo maltrataba por ser semihumano).
Justo después de la reunión, Ferris se enteró de que Crusch había ido sola a
por su padre, por lo que rápidamente comenzaron a planear como hacer frente a la
situación, en ese momento otro mensajero llegó para informar de que las fuerzas
reales se encontraban enfrentándose a lo que parecía ser un ejército de zombies
en los dominios de la mansión Argyle.
Mientras tanto, Crusch visitó al padre de Argyle, donde fue emboscada por él
y su compañero, el comerciante que se presentó a sí mismo como Miles. Ferris
finalmente llegó a la mansión, consiguiendo colarse y encontrándose con su
padre, después de vencerlo en un enfrentamiento, este le obligó a soltar a
Crusch.
Este accedió a hacerlo si Ferris lo ayudaba a resucitar a su esposa (véase a ser la madre de Ferris) de la cual tenía su cadáver aún en la
habitación, pero al preguntar quién la
asesinó, Biehn confesó ser el asesino diciendo que él mismo la mató por estar
siempre culpándole de todo lo sucedido, después de escuchar la verdad, Ferris
controló el cuerpo de su madre con su magia de agua y lo utilizo para
estrangular a su padre, posteriormente quemando la casa con ambos cadáveres
dentro.
Mientras la casa comenzaba a incendiarse, Miles visitó a Crusch, la cual
estaba encerrada en el sótano, revelando que era un espía de Vollachia cuya
misión era secuestrarla a ella y a Ferris. Este la amenazó con torturar a
Ferris, cabreando a Crusch, la cual asesinó con su magia cortante tanto a él
como a los zombies con los que se encontraba, en ese momento Julius apareció
para recogerla y huir de la mansión en llamas. Miles el cual resultaba que
aún estaba vivo intentó huir también pero fue asesinado por Reinhardt.
Reunidos todos juntos a las afueras de la mansión, vieron llegar a Fourier, el cual al intentar salir del carruaje se desmayó. Fourier fue
rápidamente llevado al castillo donde se encontraron con toda la familia real
infectada con alguna extraña enfermedad, durante los próximos meses los
miembros de la familia fueron muriendo uno a uno haciendo que Ferris maldijera
su propia impotencia.
Un día, Fourier pidió a Crusch que salieran un rato al jardín en donde se
conocieron, una vez ahí él comenzó a revelar sus sueños, diciendo que pensaba
casarse con ella y nombrar a Ferris su caballero, eventualmente trató de decir
algo más pero no pudo terminar la frase, falleciendo en el momento.
A pesar de que toda la familia real falleciera, al consejo de sabios
pareció no impórtale mucho, ya que según los rumores su muerte estaba conectada
de alguna manera con el dragón. Poco después aparecieron las cinco insignias
para buscar a los candidatos al trono entre los que Crusch fue seleccionada.
Ese mismo día, Crusch se encontraba nuevamente en el jardín junto con
Ferris revelándole que ella se convertirá en la próxima reina, una monarca que
cumpliría con los sueños de Fourier y creará un nuevo futuro, un futuro sin el dragón al cual culpaba de lo sucedido
a la vez que nombraba a Ferris como su caballero.